Hoy se calcula que hay 215 millones de niños en situación de trabajo infantil en el mundo; número que incluye a 115 millones de niños y niñas que realizan “trabajos peligrosos”. Esta denominación abarca las tareas laborales que por sus características o las condiciones en que se desarrollan, comportan una alta probabilidad de dañar la salud, la seguridad o la integridad de los niños y niñas. Entornos laborales insalubres o riesgosos, niveles de seguridad deficientes, y/o diversas condiciones de explotación y marginalidad constituyen causales de muerte, lesiones y todo tipo de enfermedades.

“El trabajo infantil peligroso no libra a los niños de la pobreza. La educación de calidad puede lograrlo. Ofrecer acceso a una educación gratuita, obligatoria y de calidad para todos los niños hasta la edad mínima de admisión al empleo es una estrategia fundamental. Es la primera etapa para combatir todas las formas de trabajo infantil”, explica la OIT en un recurso didáctico para docentes y educadores disponible en la Web.

Cabe destacar que de los 115 millones de niños en trabajos peligrosos, 53 millones tienen de 5 a 14 años, y otros 62 millones de 15 a 17 años de edad, lo que representa casi la mitad de todos los niños que trabajan en este grupo de edad.