Calculadora en mano, unos 350 estudiantes de todo el país comenzaron a participar ayer en la ciudad de la 20º Olimpíada Nacional de Matemáticas Ñandú. Según dijeron los organizadores, hoy se conocerán los nombres de los ganadores del certamen.

Los alumnos, que tienen entre 10 y 12 años, sortearon cuatro instancias para ganarse un lugar en la competencia: escolar, intercolegial (participaron 25.000 chicos), zonal y regional.

El encuentro, que se lleva a cabo en un hotel de la calle 9 de Julio al 2700, es organizado por la OMA (Olimpíada Matemática Argentina) que dirige el profesor Juan Carlos Dalmasso. Ayer, los estudiantes rindieron una prueba escrita, resolvieron problemas y realizaron juegos matemáticos, agrupados en tres niveles según el año de escolaridad que cursan. Entre ellos, de cada nivel, surgirán los campeones y subcampeones a nivel nacional.

“El balance de la olimpíada es positivo. El hecho de que participen tantos chicos es muy importante para nosotros. De 35 mil alumnos que se presentaron al certamen, quedaron seleccionados más de 300. Para ellos haber llegado es un gran logro. Es lindo verlos discutir sobre matemática”, señaló María Alejandra Dalmasso, a cargo de la organización.

En total, entre estudiantes, acompañantes y maestros, más de 600 personas están alojadas en el hotel donde se desarrolla la olimpíada, que concluirá hoy con una exposición oral y la premiación de los ganadores. Los padres de los estudiantes se mostraron orgullosos y alegres por la participación de sus hijos en el certamen. Muchos llevaron sus cámaras de fotos y filmadoras para retratar un momento “inolvidable”, según dijeron.

Los organizadores explicaron que la olimpíada se trata de una lucha intelectual que libra un alumno de enseñanza media contra un problema matemático, resoluble con sentido común y un poco de la matemática escolar elemental. Para la OMA el objetivo es que los estudiantes descubran sus aptitudes teniendo un contacto real con el quehacer matemático.

“A través de estas acciones esperamos alentar a todos los que portan aptitudes matemáticas a desarrollarlas, manteniéndose en contacto para construir el espacio académico que favorece su formación. A partir de este contacto lograrán descubrir sus preferencias ya sea en relación con la ciencia, la tecnología o con el resto del mundo intelectual que va desde la filosofía, la historia, la economía hasta la música, la pintura y la literatura”, afirmaron los organizadores. Y agregaron: “La experiencia ha mostrado que muchos de nuestros participantes se inclinaron por hacer matemática como profesión o como afición, enriqueciendo la cultura social”.

Las competencias de OMA y Ñandú tienen un esquema similar. Después de cinco rondas eliminatorias queda uno de cada nivel, que es el campeón. Se premia además en cada nivel a dos subcampeones por orden de mérito. Estas competencias son individuales y en cada una de ellas hay tres niveles, según el año de escolaridad de los participantes.

Fuente: La Capital