Lunes 20 de Febrero de 2012 19:45
Los malos hábitos alimentarios de los chicos
Un relevamiento realizado el año pasado en colegios municipales reveló que uno de cada tres chicos tiene un peso superior al normal. Y un estudio confeccionado en Batán determinó que 18,7% de los chicos evaluados tenía sobrepeso y 13,3% eran obesos.
Comer frutas y verduras todos los días, disminuir las comidas fritas, no agregarles sal y tomar al menos tres vasos de leche o yogurt diarios son consejos que pueden sonar reiterativos, pero que cada vez son más necesarios. Es que el ritmo de vida de las sociedades modernas ha hecho de los desvíos en la alimentación una constante. La consecuencia es dramática: los especialistas hablan de una “pandemia de sobrepeso y obesidad” que hasta puede ponerle un freno al aumento progresivo de la expectativa de vida.
Un estudio de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de la Organización de las Naciones Unidas situó al país en la cima de la región en materia de obesidad infantil, delante de Brasil y México.
En Mar del Plata, la última muestra se realizó el año pasado en alumnos de primero a sexto grado de escuelas municipales. De 1962 chicos, un 34,1% tenía un peso superior al normal. Concretamente, el 18,1% presentaba sobrepeso y el 16% obesidad. Lo que es igual a decir que uno de cada tres pesaba más que lo normal de acuerdo a su contextura física.
Aumentar el consumo de frutas y verduras, disminuir el de comidas rápidas, hacer las cuatro comidas y realizar de manera periódica actividad física son las primeras recomendaciones que suele dar Soledad Iacoponi, coordinadora del área de Nutrición de la División de Salud Comunitaria del municipio.
La nutricionista (M.P.1091) está convencida de que, en líneas generales, todas las comidas rápidas son malas. Y lo explica: “Son ricas en azúcares y grasas, que no son esenciales para el organismo”.
Iacoponi informa que una dieta equilibrada consiste en que los cinco grupos de comidas estén presentes. Esto es: los lácteos, las frutas y verduras, las carnes, las legumbres y los cereales.
“Hay pandemias de causa infecciosa e impacto abrupto en la población, tal como fue el caso de la Gripe H1N1; otras que son de evolución más lenta, como la del virus del HIV, que impactaron groseramente en la mortalidad. Pero también hay pandemias que no son infecciosas. Las enfermedades crónicas no trasmisibles, tales como la diabetes, la hipertensión arterial e incluso algunas enfermedades oncológicas tienen relación directa con los hábitos de vida”, dice el secretario de Salud del municipio, Alejandro Ferro.
Ferro considera que, si todo sigue así, los hijos podrían tener una sobrevida menor que sus progenitores, y opina que contrarrestar esta tendencia es “uno de los mayores retos de la salud para el siglo XXI”.
Según las pautas de alimentación que dio la provincia de Buenos Aires a los turistas este verano, la clave es tener una dieta variada y evitar la rutina. Lo ideal es hacer entre tres y cinco comidas, pero hay que tener en cuenta que el desayuno debe aportar la cuarta parte de las calorías que se necesitan en el día.
Es importante comer siempre a horas determinadas y no picar entre horas, así como mantener el momento de la comida como un acto social, una ocasión para estar acompañados.
Además, hay que reducir el consumo de grasas, presentes en los productos de panificación, gaseosas y jugos azucarados; eliminar el consumo de tabaco y alcohol, y limitar el consumo de fritos y sal.
Otra clave para mejorar la alimentación es aprender a leer las etiquetas de los productos para comprobar los aditivos, colorantes y conservantes que tienen.
Promoción y prevención
La provincia de Buenos Aires instaló este verano dos carpas de promoción de salud y prevención de enfermedades: una en Plaza España (Libertad y la costa) y otra en Santa Teresita. Según los datos de las primeras dos semanas, el 25% de los chicos de entre 8 y 17 años registraba sobrepeso y, de ellos, un 15% reportaba un cuadro de obesidad.
Para promover una vida más sana, en la carpa de Mar del Plata los viernes y los sábados se presenta una obra de títeres. A la vez, los viernes un chef y una nutricionista brindan una clase de cocina, y los sábados hay una clase de lectura de etiquetas. Así, chicos y grandes pueden aprender a determinar si un alimento es nutritivo o no de acuerdo a sus componentes.
Hay que decir las cosas como son: a veces, la intención de los más chicos no es conocer los datos de su salud, sino divertirse. Lo tienen muy en claro en la carpa, donde instalaron una pantalla y una consola de Wii, cuyos videojuegos requieren movimientos para ser jugados.
No es casual que se hayan inclinado por este entretenimiento y no por otro. “Los chicos sí o sí tienen que moverse, y eso es muy bueno, no como en otros videojuegos a los que se juega sentado”, dijo a LA CAPITAL el subsecretario de Planificación de la Salud bonaerense, Alejandro Costa.
El sedentarismo es uno de los enemigos a vencer. Por eso es imprescindible, según Ferro, amplificar los corredores saludables y que haya profesores de educación física en plazas y parques.
A su juicio, también debería haber claros mensajes de advertencia sobre el uso descontrolado de notebooks o tabletas que incluso los chicos pueden llevarse a la cama, con las que niños y jóvenes pasan cada vez más tiempo.
“Es importante, más que hablar mal de determinado alimento (como las hamburguesas o las comidas con alto contenido en grasas), hablar bien de las frutas y verduras, y por ejemplo ofrecer manzanas en las escuelas, así como también difundir masivamente los beneficios de la dieta equilibrada, siempre con una imagen positiva y que contagie”, acota el funcionario.
Paralelamente, se muestra partidario de una campaña pautada por el municipio en los medios sobre los beneficios de la alimentación saludable y la realización de actividad física. “Pero además es necesario el compromiso de los mismos medios más allá de las pautas, para que difundan los beneficios de una vida saludable”, aclara.
También sería indispensable que las industrias alimentarias, bajo la bandera de la responsabilidad social empresaria, contribuyan a aumentar la disponibilidad de alimentos saludables.
Bajo la lupa
Entre junio de 2009 y diciembre de 2010, la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial distrito sudeste y la Secretaría de Salud municipal realizaron en la población adolescente escolarizada de Batán un estudio sobre la prevalencia de hipertensión arterial, obesidad, dislipemia (colesterol alto), hiperglucemia (glucemia alta) y tabaquismo.
Los porcentajes que se obtuvieron fueron mayores a los de otros trabajos confeccionados en el país. De los 1056 adolescentes evaluados, 112 (10,6%) resultaron hipertensos y 45 prehipertensos (4,3%). Por su parte, 140 (13,3%) eran obesos y 198 (18,7%) tenían sobrepeso.
Además, 16,6% de las madres y el 7,95% de los padres se reconocían hipertensos, el 44,6% de los adolescentes agregaba sal a las comidas, el 52,5% no realizaba actividad física extraescolar y el 1,6% dijo que consumía tabaco.
Las conclusiones de la muestra fueron que alrededor del 15% de los adolescentes tuvieron cifras de tensión arterial anormales y que a las dos terceras partes de los evaluados nunca se les había tomado previamente.
Además, una tercera parte tenía un peso superior al normal (sobrepeso u obesidad) y había una alta prevalencia de colesterol alto.
“Por lo mencionado, afirmamos que la determinación de la presión arterial debería ser realizada sistemáticamente en el examen físico del niño y del adolescente, pues esta medida de bajo costo y alto impacto facilitaría la detección precoz de la enfermedad cardiovascular hipertensiva”, puntualizaron los autores del estudio.
“Del mismo modo, agregaron la implementación de consejos sobre alimentación saludable, baja ingesta de sodio y normalización del peso aportaría un beneficio adicional en el control de estos factores de riesgo cardiovasculares”.
Desde la escuela
La toma de conciencia desde la escuela es uno de los objetivos que se proponen el municipio y la provincia de Buenos Aires, que están trabajando en una iniciativa para que cada alumno cuide que su mesa sea saludable.
“El objetivo no es de ninguna manera atacar la obesidad infantil, dado que ella es una consecuencia más que una causa. Toda la comunidad debe comprender que debe participar en esta pandemia, al igual que en el abordaje de cualquier otra pandemia. Particularmente, la escuela debe tener un programa muy definido puertas adentro”, sintetiza Ferro.
A su entender, desde las aulas se debe impartir conocimientos sobre vida y alimentación saludable, y tiene que haber talleres de cocina y de compra de alimentos sanos. A la vez, habría que fomentar los kioscos saludables y la actividad física.
“Ese comportamiento debe llegar puertas afuera del colegio para que padres, hermanos y la familia en general también adquieran esos conocimientos”, comenta el secretario de Salud.
El intendente Gustavo Pulti ya se reunió con la directora de Cultura y Educación bonaerense, Silvina Gvirtz, para incorporar el programa en todas las escuelas del distrito.
“Este año la consigna de todo el sistema educativo de Mar del Plata va a ser el trabajo compartido por una alimentación saludable. Vamos a apoyar y a apostar con toda confianza a la totalidad del sistema educativo. Las escuelas municipales, provinciales y privadas, en su conjunto, serán convocadas a trabajar desde las aulas por una alimentación saludable”, adelantó el intendente.
Gvirtz consideró que la escuela es un ámbito central para trabajar sobre la materia, y dijo que hay que promover los kioscos saludables y el trabajo de los profesores de educación física a través de los juegos deportivos. “También hay que impartir contenidos disciplinares vinculados a este tema”, completó.
Los especialistas saben que la tarea no es fácil. Los cambios culturales y sociales hicieron que, hoy por hoy, requiera menos esfuerzo comer rico que comer bien. Dar vuelta esa ecuación es el desafío.
Mitos de la fruta
* Las frutas no tienen calorías.
Falso. Sí tienen, y provienen principalmente de los carbohidratos, azúcares.
* No es bueno comer fruta en la noche porque engorda.
Falso. Las calorías de las frutas son las mismas en la mañana, en la noche o en la tarde.
* Algunas frutas no son fáciles de digerir.
Verdadero. Algunas frutas son más difíciles de digerir, sobre todo si se sufre de gastritis, reflujo o problemas del colon. Para estas personas no son recomendables frutas como la sandía, los cítricos, el melón o la papaya.
* Las frutas pueden hacer las veces de postre en las comidas.
Verdadero. Algunas son una gran opción porque su dulce puede satisfacer esta necesidad del organismo.
* Las frutas que tengan cáscara blanda se deben comer con ella.
Verdadero. Esto aumenta el nivel de fibra que se obtiene por su consumo.
* Lo ideal es comer una fruta al día.
Falso. Lo ideal es comer de dos a cuatro raciones de fruta al día, y de los cuatro colores: verde, roja, naranja y blanca.
* La ciruela es laxante.
Verdadero. Su efecto laxante proviene de un aminoácido. Además, la ciruela aporta muy escasa cantidad de calorías y, contrariamente a la creencia popular, no es de las frutas que más fibra aporta.
* Las frutillas son afrodisíacas.
Falso. Por el momento la ciencia no ha comprobado esta afirmación.
* La pulpa no tiene nutrientes.
Falso. Una parte de la fibra y muchas sustancias activas se encuentran en gran medida en la cáscara de las frutas, especialmente las que tienen colores vivos, pero también están en la pulpa. Por ejemplo, la piel de la naranja es muy rica en vitamina C y aceites esenciales, pero la pulpa es más rica. Otras frutas, como la manzana o las ciruelas, pierden parte de sus propiedades al pelarlas, pero en su interior aún contienen importantes cantidades de nutrientes. Es esencial, si se va a comer la fruta con cáscara, lavarla adecuadamente para eliminar restos de sustancias diversas.
* Es muy aconsejable cenar sólo fruta.
Falso. Cenar sólo fruta puede ser insuficiente, incluso al día siguiente podemos sentirnos más debilitados.
* Cuando se tiene anemia se recomienda tomar jugo de naranja.
Verdadero. Esto se debe a que el jugo ayuda a captar el hierro por parte del organismo.
Fuente: Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.
Diez consejos para que los chicos se alimenten bien
1- Sumar colores a sus comidas. Se les recomienda comer al menos dos platos de verduras y tres frutas por día. Cuantos más colores, más vitaminas y minerales aportarán al organismo.
2- No perderse el desayuno. Aumenta la concentración, la memoria y la capacidad física y mental para aprender y jugar.
3- Preferir el pan antes que cualquier galletita. Se recomienda ingerirlo en desayunos y meriendas. Con salvado aumenta la cantidad de fibras.
4- Tomar al menos tres vasos o tazas de leche y/o yogurt al día. Se recomienda que sean descremados para fortalecer aún más los huesos y el corazón.
5- Comer una porción de carnes rojas o blancas todos los días. El cuerpo recibirá la mejor proteína. Conviene que le saquen la grasa.
6- Recibir la energía de los cereales y legumbres. Es decir, que coman un plato chico de pastas, polenta, fideos, arroz, lentejas, garbanzos, porotos o soja de cuatro a siete veces por semana.
7- Tomar mucha agua todos los días. De seis a siete vasos diarios ayuda a que el cuerpo funcione mejor.
8- En los recreos, elegir alimentos con nutrientes y energía. Por ejemplo, las barras de cereales, el yogurt, las frutas, la ensalada de frutas y los turrones de maní.
9- No repetir el plato. Si después del primero todavía tienen hambre, pueden comer frutas, ensalada de frutas, yogurt, flan o postres con leche.
10- Poner poca sal a las comidas para proteger el corazón.
Fuente: Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires.