La gripe puede afectar a todos. Pero los niños que concurren a guarderías, jardines de infantes o colegios primarios siempre están más expuestos a padecer enfermedades infecciosas que el resto de los grupos etáreos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría aseguran que los chicos se ven afectados por la gripe hasta cuatro veces más que los adultos. Además, son el grupo que más transmite el virus: un joven o adulto puede contagiar durante dos o tres días, mientras que los niños pueden hacerlo por más de una semana.

¿Qué hacer ante los primeros síntomas?

Es fundamental consultar rápido a un médico ante la aparición de fiebre, escalofríos, tos seca, estornudos, goteo nasal, molestias en la garganta, lagrimeo, dolor de cabeza y/o dolores musculares. De producirse complicaciones, se pueden generar otitis media aguda, sinusitis, laringitis y neumonía.

Tienen más riesgos los menores de cinco años, los obesos, las embarazadas, las personas con enfermedades crónicas (cardíacas, pulmonares, renales, diabéticos, inmunocomprometidos, que reciban aspirina o medicación que baja sus defensas) o con enfermedades neurológicas que producen discapacidad motora. Si sobrevienen las complicaciones, la recuperación puede ser más compleja y puede comprometer la vida de esas personas.

Barrera protectora

Se deben aplicar la vacuna antigripal (según establece el Calendario Nacional de Vacunación) todos los grupos de riesgo. Son los adultos mayores de 65 años, embarazadas, niños de seis a 24 meses, y padres de niños menores de seis meses, tengan o no alguna condición especial de salud. A todas estas personas, el Ministerio de Salud de la Nación les aplica la vacuna en forma gratuita.

También se pueden vacunar quienes deseen estar protegidos contra la gripe este invierno. En este sentido, es recomendada la aplicación en los adultos -padres, familia, maestras- que están en contacto con los más pequeños. Así, generan una barrera protectora que ayuda a disminuir o impedir la transmisión del virus.

¿Hay que vacunarse todos los años?

La vacuna antigripal reduce hasta un 90% las posibilidades de contraer la enfermedad. Si existe contagio, el riesgo de desarrollar complicaciones disminuye considerablemente.

Las cepas del virus de la influenza cambian con mucha frecuencia. Cada año, las principales instituciones estudian muestras obtenidas en todo el mundo. Identifican, así, los virus de la influenza que tienen mayores probabilidades de causar enfermedades durante la próxima temporada.

Para el Hemisferio Sur, durante 2012 la OMS ha recomendado que la formulación de la vacuna sea la misma que la utilizada en el 2011.

La inmunidad que genera la vacuna antigripal es transitoria y dura muy poco tiempo. Por lo tanto, debe aplicarse cada año, aunque se haya recibido la misma vacuna la temporada invernal anterior.

Esquema y dosis de vacunación

La pauta general es de una sola dosis anual. En el caso de los niños, si tienen menos de nueve años y es el primer año que se vacunan contra la gripe, se recomienda aplicarles dos dosis separadas, una por mes. Los menores de tres años reciben la mitad de la dosis de los mayores.

El momento recomendado para la aplicación es el comienzo del otoño.

Existen diferentes estudios que reflejan el papel fundamental de la vacunación antigripal en los niños más pequeños. Reduce la transmisión del virus hacia su círculo más cercano y la comunidad.

Algunas contraindicaciones

La vacuna tiene muy pocas contraindicaciones, una de ellas es la alergia mayor al huevo. En el caso de antecedentes de angioedema, dificultad respiratoria, mareo o vómitos recurrentes después de una exposición al huevo deben consultar antes de aplicarse la vacuna.

Tampoco se recomienda su aplicación a las personas que hayan tenido alergias graves con dosis anteriores de vacuna antigripal.

Por la doctora Liliana Vázquez, médica infectóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica (SADIP).