Cargando
Sábado 17 de Marzo de 2012 20:34

Calidad más que cantidad: la clave para dedicarles tiempo a los hijos

Muchos padres se sienten culpables por no compartir la cotidianeidad en familia. Aunque sean breves hay que generar espacios juntos. Compensarlos con regalos no sirve.

La familia argentina vive pero no convive. Sobrecargados de obligaciones y con sus agendas a tope, padres e hijos comparten poco y nada de la vida cotidiana, un tema que ya es motivo de consulta frecuente en hospitales y consultorios.

“Abundan este tipo de preocupaciones. Son padres que se sienten culpables por no dedicarles suficiente tiempo a sus hijos”, reconoce la pediatra Felisa Lambersky de Widder, coordinadora del Departamento de Niños de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).

Este tipo de angustia se presenta en el promedio de familias de clase media y alta argentinas. Son parejas con hijos que tienen horarios de oficina de tiempo completo y que tienen la necesidad de salir de trabajar ya sea para cubrir las cuestiones básicas de supervivencia, o bien porque tienen el objetivo de cumplir con determinadas metas profesionales.

Para la especialista, uno de los errores más corrientes de los padres es suponer que si sus hijos juegan, pierden el tiempo. Esta tendencia a tener todo pautado en la vida de los chicos, de programarles una agenda a tiempo completo “no les deja espacio para la creatividad y el ocio”.

Otra falla que abunda en estratos medios y altos es la tendencia de familias que privilegian los objetos por sobre los vínculos. “Para muchos escalar posiciones socialmente y acumular objetos materiales se convirtió en una competencia voraz. Algunos piensan que es más importante trabajar de más para darle un entretenimiento caro a un hijo que compartir tiempo y sentarse a jugar con ellos estimulando su imaginación”, agrega Lambersky.

También es usual que se compense la falta de tiempo con regalos diarios que pueden ir desde una golosina hasta un juguete, una suerte de pedido de redención por la culpa que los padres sienten al no estar presentes todo lo que quisieran.

En contrapartida, expertos recomiendan dialogar con los menores para explicarles por qué –por ejemplo– falta tiempo para compartir más momentos en familia. Llevarlos a conocer el lugar del trabajo puede ser una buena alternativa para que comprendan mejor la falta en el hogar. “Esto no significa que el chico no va a notar la ausencia, pero lo importante es explicarle por que se está ausente y tratar de compensar esa falta el fin de semana o en algún momento libre generando un espacio para realizar una actividad juntos. La clave está en el dialogo”, sugiere Lambersky.

Para Monica Cruppi, psicoanalista especializada en niños y adolescentes, los padres además deben entender que la vida es hoy y que el tiempo perdido no vuelve. “Todo vínculo saludable requiere su espacio y su tiempo. Detrás de muchos trastornos de conducta, o de alimentación o de aprendizaje, encontramos la ausencia parental”, dice la especialista. Por eso, resalta, es más importante la calidad del vínculo y no tanto la cantidad de tiempo. “La constancia, es decir, el espacio vincular regularmente a lo largo del tiempo es vital”, asegura.

Ahora bien, ¿cómo se puede hacer para que los chicos no noten tanto la ausencia? Ambas especialistas recomiendan exprimir al máximo las ventajas que brinda la tecnología. Llamarlos durante el día, conectarse por chat, video o skype también sirven para saber cómo están.

Y si el reclamo de los chicos va en aumento, lo ideal es tratar de ser comprensivos y escuchar sus necesidades e intereses. “Lo ideal sería planear actividades conjuntas y cumplirlas. Crear y sostener un espacio con el niño donde pueda existir un intercambio, verbal y lúdico, es una alternativa que se puede realizar en los tiempos libres”, finaliza Cruppi.

Fuente: Entre Mujeres