Jueves 1 de Noviembre de 2012 10:07
Un viaje a los secretos de Twitter
Mudó su sede central en junio, pero no al Silicon Valley, como era de esperarse, sino a la céntrica Market Street, en San Francisco, donde la recorrimos. Allí recibieron ventajas impositivas y ahora se pueden dar ciertos lujos.
Cuando un usuario de Internet busca en Google inside twitter (dentro de Twitter), segundos después se despliegan en la pantalla más de 3 mil millones de resultados. Los gigantes de la Web siempre tienen un halo de misterio que rodea los laboratorios en los que se cocinan sus fórmulas de éxito y, en general, suelen restringir la posibilidad de visitar los llamados headquarters (oficinas centrales).
En junio último, la compañía fundada en 2006 por Jack Dorsey, Noah Glass, Evan Williams y Biz Stone mudó sus cuarteles generales a un edificio art déco de una manzana -terminado en 1937- en el 1355 de la famosa Market Street, una avenida de doble mano por la que circulan los célebres streetcars (viejos tranvías eléctricos reciclados) y que atraviesa la ciudad de San Francisco, en la costa oeste de Estados Unidos.
Es el Mart Building, que parece uno de esos macizos edificios de la Ciudad Gótica de las películas y conserva algunos elementos que contrastan con las plataformas tecnológicas que aloja: los conductos ubicados al lado de las puertas de los ascensores por los que se transportaba la correspondencia de los pisos a la planta baja, murales en las paredes de la recepción y lámparas colgantes.
Nos mudamos, pero no tanto
Hay una razón económica que explica por qué Twitter decidió mantener su casa en el barrio de Central Market de San Francisco, en lugar de migrar a la cuna de la tecnología en el Silicon Valley californiano, donde están Apple , Facebook , Google y otros gigantes de la Web: las autoridades de la ciudad les ofrecieron enormes facilidades impositivas durante seis años para convencerlos de que fueran la cara de la reconversión de una zona.
Juegos para trabajar más relajados
En la planta baja, después de completar los datos del visitante en un pequeño sticker que lleva, obviamente, su alias en la red social, se accede por un ascensor a la puerta de entrada de Twitter. Como en la mayoría de las puntocom, se trata de la cafetería y el restaurante central. Es un enorme recinto de doble altura y piso de cemento alisado que por sus dimensiones se parece a un estadio deportivo. A las estaciones para servirse comida (etiquetadas, como corresponde, con un hashtag, que se identifica con el símbolo #) se suma un amplio sector de mesas redondas en las que los empleados comparten desayuno, almuerzo, merienda y cena.
Predomina el celeste característico de su logo y en la zona para comer hay unos bol de vidrio con pastillitas masticables del color institucional. Todo el segmento gastronómico es dirigido por el chef Lance Holton, que tuitea sin parar muchas de las exquisiteces que preparan en la cocina para motivar a sus más de mil compañeros.
En uno de los costados del salón se encuentra un amplio ventanal por el que se accede al espacio favorito de los empleados: la terraza. Cuenta Gómez que esa zona de descanso y esparcimiento con vista panorámica (desde la que se divisa la última parte de las grúas que trabajan en las obras en construcción del barrio) funciona como ambiente de relax, relacionamiento y juego, pero también como espacio alternativo de trabajo.
En el jardín, adornado con césped sintético y flores multicolores, hay numerosos sillones y divanes que forman pequeños livings al aire libre, un juego que consiste en embocar a la distancia bolsitas de arena en una caja de madera con el logo de la empresa y una cantidad importante de parrillas eléctricas (las famosas barbecues), que utilizan cuando quieren festejar los objetivos cumplidos.
“Me uní a Twitter cuando aún se consideraba un start up y disfruté mucho trabajar al lado del gran talento de Biz (Stone), Ev (Williams) y Jack (Dorsey) -dice Gómez-. Pero lo más grande fue llevar a la compañía a millones de personas alrededor del mundo.”
Cuadros de una exposición
En un paseo relajado por los pasillos que separan todas las áreas de la empresa se pueden encontrar sorpresas colgadas en las paredes. Por ejemplo, un recorrido visual por la evolución del logo, cuadros armados con recopilaciones de tuits en homenaje al fundador de Apple, Steve Jobs, o la cantante Lady Gaga ( la celebridad con mayor cantidad de seguidores : 30.519.492 y contando), un Han Solo en tamaño real y las frutillas del postre: diferentes salas acústicas (que no filtran sonidos al exterior) en las que se puede jugar a encestar en un aro de básquet, al tejo electrónico, las bochas en plano inclinado, los flippers y videogames.
Como toda compañía multilingüe, los escritorios de trabajo están dominados por banderitas de los diferentes países, camisetas de fútbol y mensajes en clave tuitera, como Keep calm and tweet (Mantenga la calma y tu itee) y Tweet the beat (que no tiene traducción). El muro de privacidad que se vive fuera del Mart Building se derrumba oficinas adentro, donde todo lo que pasa es visible a los ojos. Grandes paneles de cristal, amplios pasillos y lugares de reunión a la vista generan la ilusión de estar en un gran barrio abierto. No por casualidad los empleados de Twitter hablan orgullosos de su pequeño Broadway.
Fuente: La Nación