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Miércoles 21 de Noviembre de 2012 09:00

“Mundos virtuales”: chicos entretenidos, papás tranquilos

Te contamos qué ofrecen Club Penguin y Mundo Gaturro, dos de los sitios para niños más populares en nuestro país. Cómo acompañarlos en su experiencia en la Web y cómo atravesar el pasaje a la adolescencia digital sin invadirlos.

En los últimos dos años, se generó un crecimiento explosivo de “mundos virtuales” para chicos de entre 5 y 12 años. Son videojuegos on line en los que pueden intervenir e interactuar entre sí miles de jugadores en un entorno seguro, ya que se basan en la moderación constante y el control paterno. Club Penguin y Mundo Gaturro son los más populares en nuestro país. En el marco de la celebración del Día Internacional de la Internet Segura (el 7 de febrero), qué ofrecen estos espacios.

Desde hace más de dos años, un mundo de pingüinos de habla hispana se coló en la Web. Se trata de Club Penguin, el sitio de Disney diseñado para niños de 6 a 14 años. “Este mundo virtual entretenido se creó para que los niños puedan explorar, divertirse con juegos e interactuar con amigos, con la total tranquilidad de sus padres”, comenta José Carlos Rodrigues, Director Digital Media de The Walt Disney Company Brasil y Head de Club Penguin para América Latina.

Por otro lado, Mundo Gaturro es un sitio de entretenimiento virtual para chicos de Latinoamérica que nació en marzo de 2010. Con el personaje creado por Nik como anfitrión, el sitio propone juegos y actividades varias para los más chicos: pueden disfrazar a sus “gaturros”, recorrer la ciudad, decorar sus casas y contactarse con otros niños a través de chats o envío de mensajes en modo seguro.

La propuesta de ambos se basa en combinar entretenimiento y seguridad y poner en primer plano juegos e interfaces atractivas, junto a la moderación constante de los contenidos. Tanto Mundo Gaturro como Club Penguin se esfuerzan en cuidar al máximo la privacidad y el anonimato de los participantes, tienen normas de convivencia y un área especial para padres, donde pueden monitorear las actividades de los chicos y encontrar información útil sobre el juego.

Guido Corsini, Project Manager de Mundo Gaturro, explica que los chicos “pueden jugar, hacer amigos, comprar y canjear artículos virtuales simulando el mundo de los adultos. El mundo virtual combina dos factores: es divertido (todas las semanas se sube contenido nuevo para hacer frente a la exigente demanda de los chicos por novedades y nuevos juegos) y también es muy social (los chicos siempre interactúan con otros de su edad y genera un alto grado de pertenencia)”.

Estos sitios buscan acompañar a los chicos en su crecimiento y formación, ayudándolos a comprender reglas sin olvidar la diversión en un entorno amigable y seguro. Desde España, Qilania es otro de estos “mundos virtuales” para niños y, como otros, se financia a través de un modelo de usuarios “premium” (que pagan algo de dinero para ingresar a juegos o actividades más atractivas), y el chat incluye restricciones e, incluso, puede ser desactivado por los padres.

Los chicos crecen…

¿Qué pasa cuando estos chicos, que navegaron la Web de manera “segura” durante años, se convierten en adolescentes que ya no les cuentan todo a sus padres y que buscan y necesitan sus espacios privados? Las pautas delimitadas cuando eran pequeños (como la cantidad de horas frente a la pantalla, los filtros, la supervisión de lo que hacen o ven, la ubicación de la computadora, etc.) se desdibujan y es necesario revisar estas “normas de uso”.

Según los representantes de la asociación civil Chicos.net, en este pasaje de la niñez a la adolescencia no son sólo los jóvenes los que se transforman, sino que los padres atraviesan un momento traumático, ya que pierden el control “casi total” sobre lo que hacen, en qué lugar se encuentran, o las páginas que navegan. “No es fácil asumir que ya no es posible intervenir en todo lo que uno quisiera, o garantizar que no estén expuestos a riesgos, desilusiones. Aparecen amigos desconocidos y familias de las que no se sabe nada, cierran su mundo, sus cajones y sus vidas a quienes hasta hacía poco les contaban todo, o casi todo”, explican desde dicha asociación, que lanzó el sitio Programa Tecnología Sí, un espacio destinado a padres, madres y docentes para promover el uso seguro, responsable y productivo de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs).

“Los chicos ya son nativos digitales, casi que no hay que explicarles cómo usar las herramientas”, asegura Corsini. “Es importante que desde la figura de los padres guíen el buen uso de estas herramientas. Una vez que los chicos aprenden conceptos como no revelar identidad a extraños o no publicar datos personales, y los incorporan como regla, la transición será mucho más fácil. En la Web sucede lo mismo que en la vida real, hay que enseñarles a dar los primeros pasos para que luego se larguen a caminar solos”.

Para transitar este proceso –dicen desde Chicos.net- es necesario confiar en lo que ellos aprendieron durante su niñez: “Se verá reflejado lo que cada progenitor ‘armó’ con sus hijos en la primera y segunda infancia: cómo cuidarse ante los riesgos, en propiciar pautas de autocuidado, un Yo con la autoestima suficiente para no quebrar ante la primera adversidad. Esto garantizará que la adolescencia sea una etapa con menos riesgos y problemas”. Desde Club Penguin coinciden y afirman que, “cuando hablamos de seguridad, no hay nada más efectivo que la participación, la supervisión y la orientación de los padres”.

A cualquier edad, lo más importante será siempre conversar con ellos. Darles la palabra, escucharlos y tomarse el tiempo para charlar sobre los posibles riesgos y amenazas que puede albergar la Web. No sirve simplemente vedarles los accesos a páginas “prohibidas” o ubicar la computadora en un lugar visible, ya que algún día tendrán una notebook en su cuarto o podrán ingresar a Internet desde el celular. Prepararlos para que puedan tomar sus propias decisiones con inteligencia será lo más enriquecedor para todos.

Fuente: Entremujeres.com